Ya falta menos para que el zapato caiga (esto es una referencia friki, no sé si ustedes la pillan, pero lo es, y mucho), y el ciclo se cierre, si es que se cierra. El 19 de mayo todavía está muy lejos, pero ya el sábado en la convención de San Diego se hizo oficial el título del Episodio III.
Y ese título es Revenge of the Sith.
O sea, La venganza de los Sith (espero que al listo de turno no se le ocurra traducirlo por "revancha"). Buen título, por una vez. George Lucas and Co. no se han caracterizado precisamente por poner buenos títulos a los capítulos de su saga (ni, ahora que lo pienso, a los de la saga de Indiana Jones), siempre con la mira puesta en los seriales sabatinos y en el tono grandilocuente y algo ridículo. Los intelectofrikis, ya saben ustedes, es que somos como somos, y aquello de "La amenaza fantasma" y "El ataque de los clones" nos sigue produciendo urticaria (lo he dicho cienes y cienes de veces, "La amenaza en la sombra" y "El amanecer de los clones" habría sido más potito, aunque ni siquiera eso habría podido salvar la vacua primera película).
Por una vez, el título parece que encaja. Lucas está jugando a eso, a encajar los referentes de su nueva trilogía a partir de la antigua, hilando acontecimentos de este presente con los que luego van a ser puntos importantes en el futuro. Todos hemos barajado títulos para el episodio tercero, siendo quizás "La caída de la República" o "El nacimento del Imperio" (que tampoco son muy allá) los que los fans tenían en mente.
Lucas nos ha ganado por la mano. Este título funciona. Y funciona, sí, porque hace oposición con el título final de la segunda trilogía. Vamos a ver una deconstrucción y en aquel otro (El retorno del Jedi, no sé si lo recuerdan) se procedía a una reconstrucción, a una redención: de la República, por un lado, y de Anakin Skywalker, por otro.
Luego está, claro, el chiste tongue-in-cheek, porque el título de trabajo (incluso tengo un poster por ahí) de eso que ahora es el Episodio VI fue "Revenge of the Jedi", un título que tuvo que ser descartado casi a última hora cuando se acordó que los Jedi no pueden albergar sentimientos de venganza.
Pero los Sith sí que pueden, y ahora ahí los tenemos, en todo su esplendor y toda su gloria, malos mala sombra vestidos de negro y despeinados y despendolados, salvadores del universo y destructores de academias de monjes galácticos.
Lo dicho: buen título. Es un comienzo prometedor, al menos. George Lucas, lo hemos comentado ya muchas veces, puede hacer la mejor película de la hexalogía o meter la pata hasta el corvejón.
Por nuestro bien, claro, pongamos una vela a los midiclorianos y esperemos que sea, sí, un digno colofón a esa saga que desde hace treinta años impulsa nuestros sueños.
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