Si viene usted de fuera muy fuera (o sea, del extranjero, de Cortadura pallá) y tiene suerte y trae coche propio (porque ahora se suman al carro de las huelgas los de transportes Comes; imagino que Renfe hará su agosto en febrero o los de Repsol gasolineras, en su defecto), y quiere enterarse de algo de este caos incontroladamente manipulado que es el Carnaval de Cádiz, haga el favor de pasarse por el forro algunos (no todos) de estos consejillos:
1) No pregunte dónde está el Carnaval. El carnaval lo tiene que traer usted puesto. Donde haya más bulla, donde más se sude, donde peor huela, ahí mismo. Pero no se queje si nadie le ríe las gracias: es posible que usted no la tenga.
2) Venga bien comido y bien bebido: o por lo menos comido y bebido según unos mínimos imprescindibles. Al contrario de las ferias, en carnaval se suele comer mal y se suele beber peor. Y, sí, para los puristas, el cazón en adobo está muy rico, pero ni es cazón ni ná, ni merece la pena esperar dos horas de cola para que te lo den frío. Y la manzanilla está buena en cualquier época del año, no en carnaval, que te la dan del grifo. Si quiere usted gastarse una pasta, claro, esa es otra película.
3) Si quiere ver los coros en la plaza, ármese de paciencia (lo mismo si quiere comprar tortillas de camarones y, sobre todo, si quiere que le toque el camarón). Los retrasos del carnaval gaditano tan solo son superados por los retrasos de las cofradías en Semana Santa. Si tiene usted billete de regreso prontito o ha aparcado en doble fila, prepárese a que le den las siete de la tarde delante de Simago (hoy se llama Champion, pero todo el mundo lo sigue llamando Simago), sin que hayan pasado más que una o dos agrupaciones coriles. Naturalmente, a esas horas, las menos buenas.
4) No se extrañe si ve a mucha gente disfrazada de negro pero a ningún negro disfrazado. Lo mismo vale para los moros (de vez en cuando sí se ve a algún chino).
5) No, la enorme población de melenudos, indigentes, grifotas e individuos de corte patibulario-hippiesco no es oriunda de la localidad. Vienen, como usted, para las fiestas. Se rascan poco el bolsillo, así que no los quiere nadie. Cuando se van, son quienes han tenido contacto con ellos a quienes les toca rascarse. Suelen ser buena gente aunque desafinan.
6) No intente demostrar que se sabe la letra de los Duros Antiguos. No se la sabe: si dice usted San Pedro en vez de San Cleto, o "escarbando por la noche, de día y por la mañana" es que se la ha aprendido mal. Lo mismo para el Vaporcito del Puerto. Esta tierra no "tiene" nada (el Vaporcito, como su propio nombre indica, es del Puerto... de Santa María). A esta tierra el vaporcito viene.
7) Si no entiende a los aborígenes al hablar normalmente, no se queje si no los entiende a la hora de cantar. Usted ríase como si todo estuviera clarísimo.
8) Cuando escuche aquello de "maricón el que no baile", baile usted aunque sea del colectivo. Lo decimos sin mala intención, hombre (o mujer, o lo que sea). Es el estribillo que más se canta en carnaval, por mucho que en la tele le quieran convencer de lo contrario.
9) Cuidado con los disfraces de colegiala cañón: algunas son colegialas de verdad.
10) Este año, pase lo que pase, no se disfrace usted de pirata. Me temo que Cádiz va a parecer la Isla de la Tortuga por aquello de Johnny Depp y Orlando Bloom.
11) Lo de la cabalgata hecha a mayor gloria de la gente de fuera, de verdad, es sin mala intención. Los gaditanos no tenemos la culpa de que sea un churrete y que las agrupaciones paseen el morasso y aprovechen para no cantar: para eso venden ese día cintas y cedés (y para sacar de paso a la parienta y los niños, pa que no se quejen).
12) Sí, yo también me extraño del enorme número de alemanes y yanquis que se ven por aquí estos días. No, no creo que entiendan nada. Pero les da lo mismo. Tarda ya McDonald?s en abrirles una sucursal en el casco antiguo.
13) No se extrañe si hay calles y más calles vacías de gente y en otras no se puede ni pasar siquiera. Como además Cádiz está este año en obras del todo (elecciones, ya se sabe), cuidadito con donde se mete. Desaconsejable la calle Sagasta o una de las paralelas, donde hace falta cordada y piolet para cruzar de una punta a otra.
14) Por el amor de Dios, no pida usted chopitos ni calamares en los freidores (no freidurías, conste). Aquí se llaman chocos. La pescadilla es pescadilla, no pescada. Y las aceitunas son aceitunas, no olivas. Los camarones son una cosa y las quisquillas son otra.
15) No se extrañe si no ve a nadie vestido de gitana. Si ve a alguien, es transexual, o señor que se desfoga haciendo el indio. Solo las ninfas y alguna niña pequeña van de piconera (no de maja). Los tíos, como Schwarzenegger, no bailamos ni nos ponemos esas cosas.
16) Si quiere ir a la carpa, no pregunte por el puerto. Pregunte por el muelle, que si no me lo veo en Romerijo, al otro lado de la bahía (en el Puerto de Santa María, mencionado anteriormente).
17) Cuidado con donde pone los pies. Corrección: cuidado con donde aterriza usted cuando resbale.
18) Por lo que más quiera, no se pase de original y no le de por disfrazarse de Bin Laden, no sea que acabe la noche en el cuartelillo.
19) No se extrañe si todos los servicios de todos los bares de la Viña se estropean en estas fechas. Ni se le pase por la cabeza preguntar por qué los de Sanidad no los cierran entonces.
20) No se extrañe tampoco de que el domingo por la tarde en ningún sitio sirvan café. Comprenda, hombre de Dios, que descorchar una cocacola es más rápido y da menos trabajera.
21) Eso no es un tambor: se llama caja. Lo otro es el bombo. El que desafina más es el punta. El gordo es opcional en cualquier agrupación, pero hace bulto. Los que van de fisnos son comparsas. Los que se caen del carro, los coros. Los que van de mamarracho y le hacen más gracia, las chirigotas.
22) Normalmente, en las puertas de las casas no venden bocadillos. Pero es que hay mucho paro, comprenda usted.
23) Por lo que más quiera usted, no le de por comprar un martillito de los musicales, ¿eh? Papelillos todos los que quiera. Papelillos, lo habrá adivinado usted, porque es bien listo, son los confetti de otras partes. Aquí, que en carnaval tenemos un habla italianizante del carajini, curiosamente esa palabra no la usamos, picha.
24) No, lo de la señora alcaldesa no es peluca.
25) No, lo del señor Chaves (que suele venir mucho) no es careta.
26) Los coros no tocan el laúd, hombre: son bandurrias. Las gafas de sol que lucen todos son opcionales, no forman parte del disfraz, pero resultan imprescindibles para sobrevivir al sol y al estrés y al consumo incontrolado de taninos, usted ya me entiende.
27) Las chicas que se morrean con los coristas y demás fauna NO son sus novias. Esas son las que están mirando la batea con cara de malas pulgas. La batea es el carro donde van subidos los coristas, por cierto.
28) No pida canciones: se llaman coplas. Si quiere que se rían con sus gracias, pida que le canten el popurrí. No se preocupe: nadie ha muerto por una mirada.
29) Las chirigotas ilegales, pese a lo que pueda parecer, no solo no están perseguidas por la ley, sino que suelen ser muy recomendables.
30) Si viene usted el sábado de carnaval (qué temeridad), no se extrañe de que no haya ni una sola agrupación cantando en ninguna parte. Pese a lo mucho que les tiran en las coplas, están en Sevilla cantando. Lo dicho: que hay mucho paro, hombre.
Y que se lo pase usted bien, compre cintas, casettes, paponazos en la esquina de la calle San Pablo, erizos en cualquier rincón (el Merodio mismo), un gorrito o una nariz postiza (aunque se le va a ver a la legua que es usted de fuera, entonces), y por si acaso, aunque le digan que esto es Cádiz y aquí hay que mamar, no se lo tome muy a pecho, no vaya a ser que el año que viene lo veamos en Hamburgo, en el carnaval que tienen allí en el mes de agosto, no sé si se me entiende.
Comentarios (32)
Categorías: Carnaval en Cadiz