Crisei

Leo con emoción en la interesantísima y cada día más indispensable Cárcel de papel de Alvaro Pons una noticia que me alegra el día y, posiblemente, el año. A Carlos Giménez, nuestro Carlos de toda la vida, el mejor autor de tebeos de esta España nuestra y de este momento nuestro, han tenido a bien reconocerle el mérito de su trabajo, que es nuestra afición, y le han concedido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

Solo he podido responder a la noticia de Alvaro con un "Ole tus cojones, Carlos". Porque Giménez es mucho más que un dibujante (o un guionista) de tebeos. Giménez es el mejor autor de tebeos que hemos tenido jamás, el tío que más consciente es de lo que significa contar una historia con viñetas y dibujos y palabras (ya quisiera yo saber dialogar como dialoga Giménez en sus escritos).

Me alegro, claro, por Carlos, un señor al que he tenido la suerte de conocer en persona y hablar con él dos o o tres veces, aunque me temo que la timidez nos puede a él y a mí (para mí Carlos es mucho Carlos). Pero me alegro, sobre todo, por el tebeo. Por nuestro tebeo. Ya es hora de que se premie a esos hombres y esas mujeres que se han pasado y se pasan la vida al pie del cañón, o del tablero, dibujando y escribiendo y soñando y haciendo dibujar y escribir y soñar.

Que no todo van a ser folklóricas (con mi admiración y mi respeto para las folklóricas, conste).

Carlos Giménez se suma a los otros tres autores de tebeos que han recibido ya ese galardón. Ojalá que vengan en el futuro muchos más. Porque su dedicación se lo merece. Y porque nuestro medio necesita esos pequeños empujones que demuestren que incluso en un gobierno cicatero y estrecho de miras como el nuestro hay gente honesta que sabe que no hay géneros pequeños, sino amores grandes. Y el amor a la profesión se paga, muy de tarde en tarde, con esa palmadita en el hombro que es la medalla que supone, para los autores y para los lectores, el más apreciado de los reconocimientos.