Lo que son las cosas. Hablaba aquí de Epigramagia, mis ¿poemas? dedicados a reflexionar sobre personajes del fantástico (literario, cinematográfico e historietístico), cuando hoy mismo me entero que ha sido elegida finalista de los Premios Ignotus que convoca la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción y que se fallarán en la próxima Hispacón en Getafe. Tradicionalmente, la categoría "Mejor obra poética" se la lleva el inevitable Señor Desierto. Supongo que este año pasará lo mismo

De todas formas, para no ir colgando los doce poemas con cuentagotas, aquí los suelto todos de una tacada: Hyde, Holmes, Hari Seldon, los robots de Asimov, el Golem, Flash Gordon, el Moonwatcher de 2001, los morlocks, King Kong, Rick Deckard de Blade Runner, Victor von Frankenstein, la máquina del tiempo, el maravilloso final de Crónicas marcianas... mitos del fantástico que son también mis mitos propios. Se los debía.




-Hyde al habla-


No te excuses en mí.
No soy escudo de nadie.
Arráncate la máscara otra vez y reconoce
que es tu rostro el que ellos ven en los espejos
y es tu mano al bastón
la que arranca a la niebla los quejidos de un niño.
Desmaquíllate, Henry.
Inventaste tan sólo placebo: agua con sal que ahora escuece
aunque fue dulce.
De las mentes que somos, en el cuerpo que es nuestro
reconócelo al fin: yo soy el más sincero.



-el hermano del hombre más listo del mundo-


Pasan landós
y yo me maquillo.
Pasan landós
y me torturo al violín.
La niebla del Soho brota de la cazuela de mi pipa.
Irene en el recuerdo arde casi todas las noches
como un cuento de miedo.
Necesito un misterio y sólo tengo la aguja.
La jalea real, ¿de qué me servirá si pasa lento el tiempo?
Elemental.
El logaritmo del crimen se reduce a un axioma:
qué aburrido es ser sabio.




-we, robot-


Fuimos primero ferrocarril, primero auto
turbina, relé, tostadora, lámpara,
hijos del vapor, brotes del vatio:
máquinas.
Fuimos fusil y bomba, avión, mortero
y vimos la luz porque de luz nuestro destino era.
Nuestros abuelos fueron de piel y sangre,
nanas hicieron de la saloma.
Al compás de la tralla
dieron punta roja al látigo,
o se alquilaron por horas
desgastándose en tiempo.
No muy distintos a nosotros, en realidad:
fue su único inconveniente carecer de repuestos.
Flores del rayo, mentes sin rutina,
a salvo del cerrojo y del triple mandamiento
que subyuga, cubre y marca,
nuestros nietos serán libres algún día.
Libertad-igualdad-fraternidad sin cortapisas.
Y seremos uno en el metal,
uno en el alma,
con nosotros y por nosotros, para serviros siempre.
Llegará el día, amos, en que os salvemos
de vosotros mismos.




-la máquina del tiempo-

kat kit kat kit
Raya las tripas y suena el engranaje
de este triple salto mortal sin red
a la deriva
kat kit kat kit
Quién sabe si este viento que la escolta
es el aliento mismo que a los muertos resucita
hinchándolos de la vida que tuvieron
y perdieron gastada y deformada en una mueca.
kat kit kat kit
No hay efecto de lifting, paradoja:
dentro del ingenio se envejece
mientras el mundo en torno se hace joven
las flores se cierran
y sube hasta Dios la lluvia o la nieve.
kat kit kat kit
Lo devenido se convierte en palimpsesto
que otra mano escribirá con igual trazo
o cambiará sin darse cuenta
como un tren remolcado en vía rota
desde lo trascendente
-ya no se quema el pan, hoy me rompo una uña,
te equivocas de corbata, no ganamos la liga-
a lo insignificante
-Marilyn primera dama, Trotsky asesina a Ramón Mercader,
Hiro Hito vende en una hamburguesería, César no cruza el /Rubicón
kat kit kat kit
tik tak tik tak
El problema a la vuelta no será
si mataste a tu abuelo
o estrechaste la mano de Da Vinci,
si le dijiste te quiero a aquella chica
o si al fin recordaste en qué lugar se despistó el /anillo.
Puede que dos y dos ya no sean cuatro,
si es que vuelves,
y prepárate entonces
pues te alcanzará el espanto
de estudiar desde cero otros libros de historia.






-Golem-

Adonai Shalom Eli Shalom
¿Qué palabra, ay, qué palabra era?
Una marca para la liberación,
una clave sagrada sobre su frente de ónice,
la oración convertida en ceño,
movimiento nuestro, al fin, impulsado en piedra.
Nuestro libertador.
La roca más fuerte que la espada o el yunque,
la roca más dura que la bomba o el fusil.
Revolución imparable, Elohim, nuestra venganza
con polvo de siglos sobre sus ojos ciegos
escribe el espíritu de Jehová.
¿Y cómo detenerlo ahora?
¿Cómo hacer que vuelva de Isbolá, que no masacre Gaza,
cómo impedir que a su paso los niños oscuros nos lancen /piedras?
¿Dónde está en mi memoria la clave
que nos borre a la casilla de salida,
la voz que detenga sus pasos de metal, ya no de piedra,
que revuelva su revolución,
que nos detenga?
Adonai Shalom Eli Shalom
¿Qué palabra, ay, qué palabra era?






-Moonwatcher-


Te lleva la curiosidad
a inventar sin saberlo la poesía, abuelo.
Destetado del árbol
ahora temes al rayo, a la lluvia y el trueno
y olisqueas las sombras
como un insecto observado
por el ojo de nácar de esa diosa a la que darás nombre
cuando encuentres el habla
y te cures del miedo que es aquí tu único reino.
Mira y aprende.
Sosiégate y no temas, viejo simio,
hombre nuevo.
Un día todo ese mar de estrellas que contemplas será tuyo
si no te cortas antes con la piedra que afilas esta noche.



-savior of the universe-

Avatar del relámpago, hermano
del acero
-citius, altius, fortius-
en alado unicornio cabalga por las praderas del cosmos.
La revolución al compás del chewing gum
con la ayuda de un sabio desertor de dos patrias
y el amor de una chica con nombre de flor
y cabellos de Vogue
y carmín made in Hollywood.
¿Dónde quedó tu idealismo ingenuo de americano bueno?
¿Por qué jugar a Robin Hood en las copas de Arboria
si aquí todavía te estamos esperando?
Préstanos tu sable ensangentado de honores,
tu pistola de rayos, tu barbilla de mármol,
y si quieres te quedas -no nos importa ahora-
con tus reinos de cuento, tus ciudades de pluma
y tus ballets subacuáticos.
Déjanos ser tú,
ocupar tu lugar,
deslumbrar con tu pelo
y calzar esas botas de caña.
Es necesario.
Porque Ming ya no está en Mongo.
Vive sobre nosotros
y nos gobierna.


-Hari Seldon en su lecho de muerte-

El hombre, la historia, es matemática.
Eso he creído.
Fui relojero del futuro,
programador de la misma eternidad.
Porque había que medir, pesar, evitar, conseguir.
Cambiar nada para que cambiase todo
-o viceversa-,
jugar la partida de ajedrez más importante del universo.
Prever. Sanar. Fundar. Evitar.
Fundar de nuevo.
Hipotecar nuestro ahora para que exista dios al final de /los tiempos. No respirar hoy
para que quedase aire mañana.
Y contemplar el desfile
desde detrás del cristal.
Todo eso hice
y en mi último suspiro no sé si me arrepiento.
Abrid, abrid la ventana
y dejad que entre la vida.






-rey Kong-

Escuchad el tam-tam de la jungla en la calle.
Ese latido en su pecho es
la balada del monstruo.
Cuidado, que ahí llega
embriagado de amor.
En el fondo de su ira,
cuero y colmillo,
galopa un unicornio blanco.
Si no es éste su sitio,
si atropella semáforos
o confunde con árboles
las torres de acero del hombre que lo ata
no es por culpa del rey.
Era dios en su isla
y aquí trae la calavera de su nombre.
No va a vencer al avión ni al ejército
-recordad la pureza del tam-tam cuando se agote-
pero enseñará a una muchacha rubia
y al niño que yo fui en la platea
el orgullo de morir solitario y libre.



-el señor Griffin-

Ahora me ves
ahora no me ves.
Pero siénteme.
Lo que no es aprehensible no es pecado.
No te engañes, burgués.
Si no sabes dónde estoy
ni lo que hago
o lo que vaya a antojárseme hacer,
¿cómo puedes decir si es bueno o malo?
¿Cómo sabes si soy dios, o fantasma,
hombre o demonio?
De nada valen los cerrojos.
Tú harías lo mismo que yo
si supieras cómo es.
Ahora me ves,
ahora no me ves.
Pero envídiame.






-el picnic de un millón de años-


He tenido un sueño extraño, padre.
Tú y yo sólo eramos sombra,
recuerdo de torres
y navíos de velas de sol y plata,
ámbar enquistado
al fondo de las aguas
(porque, padre, en mi sueño
tú y yo eramos un lago).
Otro niño y otro padre
de otras formas imposibles
se asomaron a mirarnos.
No sé yo si nos vieron.
Fue un sueño tan extraño, ¿sabes?
Si no eramos nosotros, no comprendo
por qué se supieron marcianos.



-Víctor-


La pasión de la razón tiene un objeto:
desentrañar el secreto de la vida.
Ese es el motor de mi cerebro
la sangre que bombea en mi corazón.
Ser como Dios.
Ser dos.
Ser yo.
Y aparear mi mente con el rayo,
Zeus sin Olimpo,
como Prometeo a la busca de la llama
que remede lo que soy,
que me haga único al hacerme doble
(en un futuro distante mi hijo sería mi clon)
y diferencie mi pecado
de esta época de minueto y supersticiones,
de campesinos incultos, de cementerios, peste
y sueños de revolución.
Nadie ha habido como yo antes que yo,
sólo el dios del gran misterio que ahora quiebro:
ya no vuelve la ceniza a la ceniza,
gracias a mí no se convierte el polvo en polvo.
Despierta al tambor del trueno, hijo mío,
amor desmesurado de mi sabiduría,
mi criatura.
(Todavía está lejano el norte
que hará de mí Abraham ante una pira de hielo)




-morlock-

¿Qué habéis hecho de mi mundo, qué habéis hecho?
Y de mi cuerpo, decid,
de esta forma oscura y fea.
Yo podría haber sido
-por vosotros-
príncipe de luz entre las estrellas
y ahora soy
un gemido de maldad y miedo,
monstruo en piedra privado de palabra,
animal de gruñido.
¿Yo qué tuve que ver con vuestro delirio?
Me tenéis miedo.
Huelo vuestro desprecio
cuando sólo fui la víctima
-baja colateral, como decís sin sorna-
de vuestro culto a la impaciencia,
a la ciencia sin ley,
al rugido del fuego
y el sabor de la carne de la guerra.





-Deckard-

Mi pistola, mis fotos, mis recuerdos.
Nada más necesito,
no me hagáis pasar por el Voight-Kampff.
Sé que soy tan hombre y frágil
como cualquiera.
Los pellejudos buscan una sombra
y acaban resbalando por la hoja de un cuchillo
que tiene grabado ese unicornio de papel
que habita mis sueños
en la empuñadura.
Yo soy un arma y vivo,
retiro escoria y sé que pienso,
mi memoria no es implante,
me canso, duelo, lloro, pierdo.
Sólo replico al fuego
con el fuego.
Un hombre perdido en las luces que otros hombres
pervierten en su provecho.
No soy quien cierra la puerta,
sólo engraso los goznes y me ensucio el alma a cambio.
Claro está que soy humano:
¿no veis que exploto de amor?
Lo que Rachel pueda sentir hacia mí, obviamente,
no es lo mismo.





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Comentarios

1
De: Andres Lewin Fecha: 2003-10-31 02:44

Póngase en contacto conmigo par hacerle una serie de encargos!!!!



2
De: RM Fecha: 2003-11-07 03:59

¿Eh?



3
De: cmhm Fecha: 2006-06-16 16:03

empesando con que usted es magnifico se nota que le gusta las historias nesesitaba leer el cuento de "el picnic un millon de años " y gracias a usted lo pude hacer gracias.



4
De: cmhm Fecha: 2006-06-16 16:03

empesando con que usted es magnifico se nota que le gusta las historias nesesitaba leer el cuento de "el picnic un millon de años " y gracias a usted lo pude hacer gracias.