Volví anoche a ver "Piratas del Caribe". Me gustó más que al primera visionado: vi cómo todo iba encajando, y hasta algún detalle hermoso de montaje que se me escapó el otro día: cómo la primera vez que asoma la luna hay un corte directo al hueso con el que intentan sobornar al perro en la prisión, por ejemplo.
Me reafirmo en mi tesis de la hermandad entre Jack Sparrow y Will Turner: Dicen muy claro que nadie sabe nada del pasado de Sparrow, pero Sparrow sabe el apellido de William Turner, padre, alias El Botas.
En el encuentro en el bar de Tortuga, cuando habla con el marinero patilludo metido a pirata, hay un juego de insinuaciones con la cabeza, gestos, y cuando señala a Will como hijo de El Botas, Sparrow recalca: "El hijo único del Botas". Como diciendo: ni se te ocurra abrir la boca.
La escena del corte en la mano por parte de Sparrow, el tiro en la mano de Will, la manera en que caen las dos monedas malditas al saco, en una segunda visión, tampoco ofrecen duda. Sólo la sangre del Botas redime la maldición, maldición que se debe, según apuntan, a su postura en contra de haber abandonado a Sparrow a su suerte en la isla desierta.
En las escenas finales, cuando Will rescata a Jack, se ofrecen claramente imágenes de las manos izquierdas de ambos, vendadas en el mismo punto.
Y la puntilla la pone el propio Will, cuando espeta a los soldados y al gobernador: "Decidle al verdugo que hoy tendrá no uno, sino dos pares de botas".
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