Terminó la que es, hasta ahora, la temporada más floja de Sobrenatural (y crucemos los dedos por lo que venga). Como muchas otras series de esta temporada, la odisea de los hermanos Winchester se ha visto lastrada por el molesto parón de invierno, ese que ha acabado por llevarse a la nada a otras series como Flashforward. También, como otras series, quizá a rebufo de Perdidos (con la que mantiene un curioso juego de humos y actores), se ha estirado demasiado una trama que tal vez no llegara a los veintidós episodios previstos, máxime si se va retardando de continuo el enfrentamiento anunciado entre Sam y Dean, cuya resolución final (¿o no es resolución?) deja bastante que desear.
No ayuda, tampoco, el elenco de personajes secundarios que acaba por restar protagonismo y tensión a los dos personajes principales. Ni, claro, que la muerte se haya convertido en esta serie en la muerte tal como es en los tebeos de superhéroes: unas vacaciones en el limbo, en el infierno o en el cielo, de donde se vuelve con un poco más de angst, un poco más de ira, y unos cuantos misterios para ir tirando.
La trama de los cuatro jinetes del apocalipsis es buena, pero se hace infinita (y el episodio de Peste queda bastante cojo), el viaje por el cielo y los continuos viajes al pasado familiar quedan simpáticos, siguen haciendo gracia los referentes culturetas, los arcángeles acojonan aún más que los (pobres) diablos, pero la revelación de la verdadera (o no) personalidad de Loki, y el encuentro con los otros dioses de otros panteones, ahora que la serie parece haberse decantado por lo judeo-cristiano queda algo flojo.
La serie tendría que haber terminado en esta temporada, o así lo había anunciado el propio Eric Kripke por activa y por pasiva. Sin embargo, el éxito ha hecho que una nueva temporada (y posiblemente dos) estén ya en marcha, con Kripke solo como consultor (dicen que va a hacer una miniserie sobre la forja del Colt), de ahí que el tono crepuscular del último episodio, donde se nota el esfuerzo por cerrar las tramas y la serie, se contradiga con la enigmática escena final.
Volveremos, pues, a ver a los Winchester surcando las carreteras de América en su Impala negro. En el fondo, ya que los arcos (o al menos este arco) no han salido todo lo bien que cabría desear, quizá sería interesante que volvieran al humor socarrón, los referentes cinematográficos y el monstruo de la semana. La serie ha perdido ese elemento de terror más o menos light que la caracterizaba.
Y las chicas. Es necesario que vuelva ese elenco femenino característico.
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