Otros tuvieron lo deseado, tú tienes tu “Deseo”,
un “Deseo” para ganar y un sobrante “Deseo”;
sé que estoy de más, siempre persiguiéndote
para que me añadas a tu dulce deseo.
¿Desearás tú, cuyo deseo es tan vasto y espacioso,
conceder por una vez que mi deseo en el tuyo se esconda?
¿El deseo de otros te parecerá recto y agraciado,
mientras a mi deseo ninguna bella acepción lo ilumina?
El mar, todo agua, aún acoge la lluvia,
y, con tanta abundancia, acrecienta su mole;
así tu, siendo rica en “Deseo”, añade a tu “Deseo”
un deseo mío, para hacer más grande tu amplio “Deseo”.
Que una negativa descortés no mate a tus gentiles suplicantes:
acoge a todos en uno, y a mí en ese único “Deseo”.
-William Shakespeare.
Tradutore traditore, y nada lo ejemplifica mejor que este soneto dedicado a la Dama Oscura que tanto hizo cavilar a nuetro héroe. Donde pone "Deseo" en la versión en español, Shakespeare usa "Will".
Pero, ojo, Will significa deseo. Y voluntad. Y testamento. Y el nombre del propio Will. Y, según parece, el nombre de quien al final se fue con el gato al agua del tesoro de la Dama Oscura. Y, para remate, es la palabra que define al sexo masculino. Y al sexo femenino.
Relean ustedes el poema, en español, teniendo en cuenta que ese "Deseo" significa todo eso a la vez, y comprenderán por qué Dios era klingon.
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