Aunque oficialmente no se estrena hasta enero, ya anda rulando por la red el capítulo piloto de esta serie. Dicen que por acción de un hacker de trece añitos (¿tan ingenuos se creen que somos?). De momento no tiene subtítulos, pero entre tiros y explosiones tampoco es que se echen en falta.
La idea de extender la franquicia de Terminator a otros campos (ya existen un montón de tebeos dedicados al tema, por cierto), ha pasado siempre por las ganas del gobernador de California de ponerse otra vez manos a la obra. Como parece que no está muy por la labor y se le está pasando el arroz tal como vimos en Terminator-3, al final han optado por lo obvio. Puestos a comprar una tostadora, no tienes por qué comprar siempre el mismo modelo.
La serie, que llega quizá demasiado tarde, retoma la huida de Sarah Connor y su hijo John, y sus preparativos para el día del fin del mundo que saben que se avecinará con la llegada de las máquinas. Aquí Sarah Connor es interpretada por Lena Headey (a quien vimos en 300 haciendo de improbable reina feminista en Esparta), mientras que el terminator es interpretado (ustedes me entienden) por el inevitable cachas, un tal Owain Yeoman, aunque está por ver si en futuros episodios, si se hacen, usarán la misma tostadora o será otra.
El capítulo no mata. Tiene un presupuesto inusitadamente alto para ser televisión: hay muchas explosiones, bastantes tiros, efectos especiales bastante notables. Y, cuando pensábamos que no innovaba nada respecto a las películas, en tanto todos sabemos lo que va a ocurrir en T-3, la sorpresa. Ayudados por una terminatrix que acude a su rescate (Summer Glau, River en Firefly), la mamá, el hijo adolescente y la propia tostadora femenina, zas, saltan de 1998 al mundo del presente ("Same where, different when"), negando así la tercera película y estableciéndose en una línea temporal propia.
A la espera de ver cómo desarollan el manido tema de El fugitivo, el principal problema que presenta este piloto es que, como tal, y pese a la belleza de Lena Headey, su personaje no domina las escenas, quedando relegada, como John, a un segundo plano: es la terminatrix quien se lleva toda la gloria, así que me imagino que si la serie sigue adelante tendrán que eliminarla en el futuro, porque si no, el deus ex machina puede tragarse la franquicia.
De momento, no está mal. A ver si otros niños de trece años son de nuevo más listos que la productora y no tenemos que esperar hasta enero (o hasta que se les ocurra comprarla a nuestras teles), hombre.
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