El 14 de diciembre de 2005 se estrenará, según dicen, el King Kong de Peter Jackson, que ahora andan rodando por allá abajo, a la espera de convertir al amigo Andy Serkis en monstruo peludo de montón de metros (y en cocinero gracioso, para que le veamos la cara).
No sé yo qué finalidad tiene hacer un remake del gran Kong a estas alturas, pero si el cine es el tren eléctrico más caro del mundo, está claro que Peter Jackson puede darse ese gustazo y allá que iremos todos, algunos inmisericordes, a comprobar su visión con la original de Merian Cooper (tengamos un arrebato de piedad, que se acerca la navidad, y olvidemos --salvando a Jessica Lange--, la versión setentera del señor de Laurentiis y John Guillermin).
Dice Jackson que es la peli que más le ha gustado de siempre, que lo marcó de niño, y que ya rodó una versión en superocho con muñequitos cuando era un chaval (eso de rodar con muñequitos debe ser característicos: lo hizo Spielberg, lo hizo Guillermo del Toro... ahora me doy cuenta de que yo cubría de plastilina mis muñecos y los convertía en superhéroes... y acabé escribiendo tebeos de los susodichos; mierda, tendría que haberle pedido a los reyes una cámara).
Me gusta el detalle de que la historia se sitúe en los años treinta: Kong es fruto de su época y "ponerlo al día" es un error, porque por mucha altura y mucha líbido, a ver qué puede hacer el pobre bicho contra un F-18 o contra misiles teledirigidos (si se llamara Sadam Kong, otro gallo le cantaría). La duda que me queda es a qué edificio irán a encaramarlo ahora.
Buena suerte, en cualquier caso. No le va a hacer falta, claro, pero por mí que no quede. Iremos a ver al mono, a desear a la bella, a aterrorizarnos si se puede... como vi aterrorizados hace unos años, en el Moma de Londres, a un grupo de niños de ocho o nueve años, cuando nos pasaron la versión original. Poco importó que el gran Kong tuviera cara de buena gente: los niños lloraban y echaban a correr.
Esa es sin duda, parte de su magia.
Comentarios (19)
Categorías: Cine