Bien, como lo prometido es deuda, y el presente post, con todos sus comentarios, desaparecerá pronto, aprovecho este rato para darle cerrojazo al pasado Carnaval, comentando los pasodobles de comparsa que más me han gustado, tanto en lo escrito como en lo musical.
En ambos aspectos yo destacaría ante todo los pasodobles de la agrupación que más me ha entusiasmado en tal modalidad, es decir, "Paco, baja aunque sea en pijama", de los señores Rosado, Cárdenas y Peñalver.
Y aunque prácticamente todas sus letras sean de auténtico sombrerazo, yo particularmente, a pesar de su evidente excelencia, no me quedo con las que ya han sido destacadas por aquí, es decir, con la dedicada a Chatín (cuyo remate es sencillamente magistral: "Que si el Brujo fue mago /Chatín con sus manos /fue malabarista")o aquella otra que versa, nunca mejor dicho, sobre la la famosa novia del Paco del título, la Caleta, comparándola entre exquisitas rimas de deliciosa sencillez con el nuevo hotel de cinco estrellas que pretenden construir frente a sus orillas.
Tampoco me quedo, no, con aquellos otros pasodobles, igualmente excepcionales, en los cuales estos comparsistas piropearon a su ciudad de forma tan elegante o defendieron su papel como veteranos dentro de la fiesta.
Yo me quedo sin dudarlo con la letra escrita por Paco Cárdenas y Ramón Peñalver a las vecinas localidades de San Fernando y, sobre todo, Puerto Real, desde la que nos llega a los gaditanos la electricidad, a través de "seis sedales" que cruzan la bahía, y donde sus obreros, como bien cantaba la comparsa, todavía "votan utopías". Sensacional.
Y no les extrañé a ustedes que mi verbo se apasione al escribir sobre el grupo reunido por el incomparable Libi, en cuyas filas pueden encontrarse voces tan históricas y destacadas del Carnaval de Cádiz como las del Catalino o el McGregor, un auténtico regalo para cualquier oído.
La comparsa que entre todos ellos han subido este año a las tablas del Falla, simple y llanamente, me ha enamorado.
Y lo ha hecho desde su misma presentación, primera muestra de buen gusto en el repertorio de la agrupación, cantada a los ritmos del maestro catalán Serrat y con un recuerdo para el maestro gaditano Paco Alba, no menos entrañable por sus pinceladas de humor, sino todo lo contrario ("Cuando moría en Cádiz este milenio /vino en bicicleta un conileño, un conileño/ el más grande del mundo / con metro y medio").
Y de su popurrí qué voy a decirles, si a lo largo del mismo no sólo ha podido escucharse una de las cuartetas más ingeniosas de todo el concurso ("En maqueta, en maqueta"), sino también uno de los comentarios más lucidos que jamás se han escrito sobre el rumbo que actualmente anda tomando la fiesta más gaditana. Todo un lujo de comparsa, insisto.
De otras agrupaciones, sin embargo, también destacaria aquí alguna que otra letra.
Tal sería el caso de la comparsa que este año ha sacado Bustelo, "Los Regaera", de la que podrían resaltarse las letras dedicadas a la irrefrenable libertad de la que gozan las coplas de nuestro Carnaval ("dale palos en la boca /dale el fuego de tu llama/ que puede que hoy tú la calles / pero volverá mañana"), a la moda que hoy en día tanto anda propagándose por España de sentirse gaditano aun sin haber pisado jamás la tierra, ni mucho menos haberla vivido, en lo bueno y en lo malo, o aquella otra en la que el autor narraba con extrema sensibilidad la despedida de una familia gaditana a una de esas chiquillas del tercer mundo que cada año son acogidas en la ciudad para que pasen un verano algo más dulce del que podrían vivir en sus países (si les soy sincero, quizá haya sido esta una de las coplas que más me hayan emocionado de todo el certamen, y de la cual cabría destacarse a mi entender su remate, afortunadamente más optimista y esperanzador de lo que probablemente hubiera sido en otras manos).
De la comparsa "Gaditanos", por su parte, yo personalmente me quedaría con la primera letra de todas las que cantaron a lo largo de su participación en el concurso del Gran Teatro Falla, aquella en la que ponían de manifiesto una de esas verdades que nunca está de más recordar: probablemente quienes los esperaran este año en completo silencio dentro de la sala los despreciara tranquilamente hace algunos años, visitando la barra del teatro durante su actuación, cuando en sus inicios adultos traían comparsas tan agradables como lo fueron "Historias de Cai" o "La Comparsa".
De igual manera me parecieron destacables los dos pasodobles de la comparsa barbateña "Los Licenciados" en su estreno dentro de la competición, el uno destinada a criticar la importancia que los nuevos planes de estudio conceden a la religión (un tema menos criticado en la fiesta de lo que debería), el otro, inmenso y maravillosamente escrito, dedicado a conmemorar el veinte aniversario del primer premio conseguido en el Gran Teatro Falla por la comparsa de Barbate "Filo Andaluz", recordando de forma totalmente merecida la impagable labor del señor Manuel Varo y dedicándole un hermoso homenaje al autor de aquellos afiladores.
Ya por último, pues mi listado de letras preferidas no resulta demasiado largo aunque mi mensaje sí lo sea, destacaría yo desde estas líneas mías las dos letras que cantaron en su primer pase los comparsistas de "Los Tristealegres", la primera de ellas dedicada a la madre (un tema muy sobado, pero que ellos supieron enfocar desde un punto de vista bastante novedoso, al compararla con diversas figuras femeninas de la Historia o la Mitología, como la Pasionaria, Lola la Piconera, la Vírgen María o Juana de Arco), y la segunda a la progresiva perdida, tan lamentable como cierta, de los temas locales y el lenguaje autóctono en las coplas del Carnaval. Un segundo pasodoble, por cierto, en el que no resulta difícil intuir la pluma de Antonio Martín, de quien se sabe que ha colaborado con esta comparsa en algunas letras.
Musicalmente hablando serían muchos los pasodobles a destacar, desde los compuestos por Bustelo y Paco Rosado para sus respectivas comparsas, ya citadas, al del Noly en "La Cárcel Vieja" (algo peor, no obstante, que el del año pasado con "Los Vikingos", siempre desde mi punto de vista), pasando por la melodía creada por un recuperado Pepe Martínez para los mencionados Tristealegres, el compás de "Los Licenciados" barbateños, la musicalidad de Tino Tovar en "Las Estaciones" o la agradable sencillez de "El Batallón de Salvoechea".
Seguramente habrá habido este año muchas más letras, muchas más músicas dignas de mención, pero mi memoria no da más de sí, qué se le va a hacer.
Afortunadamente, sin embargo, nos queda ahora toda una vida por delante, ahí es nada, para digerir y disfrutar adecuadamente el aluvión de coplas que un año más nos cayó encima por Febrero en Cádiz.
Un saludo.
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